3 aprendizajes del trabajo que te llevas a casa

Más allá del sentido de la responsabilidad, la constancia, la organización para llegar a todo, el crecimiento como persona... Más allá de estos aprendizajes que todos hemos vivido, sufrido y disfrutado incluso, yo destaco tres que me llevo a mi vida privada. 

Relativizar

Pasé tres años en una entidad financiera en plena crisis donde no sabía si al día siguiente iban a vender la empresa, cerrarla o lograría alquilar un poco más de tiempo; me quedé sin funciones porque se cancelaron los programas que llevaba y no sabía si iban a ofrecerme la puerta de salida o nuevas funciones (como afortunadamente sucedió); cada día sentías el aliento de los agentes decisores sobre tu cuello y tus pasos estaban alerta a cada pequeño error... 

Tuve la gran suerte de que esto me pasara con menos de 30 años, sin hipotecas ni hijos de los que hacerme responsable. Si algo sucedía sería difícil retomar mi carrera en otra empresa en el mismo punto exacto en el que estaba, sobre todo si me quedaba en España por la profunda crisis que pasábamos, pero encontraría algo para salir del paso. 

 

Aprendí que después del miedo inicial de no saber, si la situación se sustenta durante mucho tiempo, puedes pasar tranquilamente a acostumbrarte a vivir con la incertidumbre. Ahora miro atrás y recuerdo que hubo muchos momentos en que no sabía qué iba a ser de mi carrera profesional siquiera en un plazo de un mes. Y me parecía perfecta y tranquilamente normal. 

 

Cuando, pasados esos años más intensos, cambié a una empresa en que podía plantear proyectos a tres años vista (¡tres años, estamos locos! ¡con lo que todo cambia! ¡habrá que adaptarlos!) no me lo podía creer. 

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Los momentos en que vivido otra vez periodos de incertidumbre laboral pienso que tal vez me preocupo incluso demasiado poco -además, ahora ya sí tengo responsabilidades. Sin embargo, creo que mantener la cabeza fría y no sucumbir a los rumores y conjeturas te permite estar más centrado en el trabajo y obtener mejores resultados.

 

En cuanto a mi vida personal, los momentos difíciles los he vivido con mucha más calma que otras personas involucradas. He dormido más tranquila, he dejado que las emociones me atrapen menos, he pensado con mayor objetividad. Lo veo como una ventaja, porque puedes tomar mejores decisiones y ver con claridad las opciones de salida en vez de solo las dificultades.

 

Aceptar la diversidad

Creo que hasta que no empiezas a trabajar, estás rodeado de personas bastante similares a ti. Raro es que te juntes con un grupo de amigos que consideras radicalmente distintos en cuanto a aficiones o forma de entender la vida. Muchas veces he mirado atrás intentando hacerme creer que estaba abierta a la diversidad, que tal amiga era diferente a mí en muchas cosas. Sí, tal vez sí, pero nunca fuera de un margen bien cercano a mí. Lo mismo he visto en otras amistades con sus propios círculos.

 

Sin embargo, cuando empiezas a trabajar, por lo general no decides quién se sienta a tu lado, será tu jefe o tu equipo. Recuerdo una ocasión en que me tocó sentarme al lado de una persona que yo consideraba distinta a mí en cuanto a valores, forma de trabajar y de relacionarse con sus compañeros y superior. Acabó siendo una de las personas en la que más confié en la empresa, pero si no fuera por el entorno laboral y la necesidad de sentarme a su lado, es muy probable que no le hubiera dado la oportunidad y ella a mí tampoco. Otra persona con la que no compartía prácticamente nada en cuanto a nuestra forma de trabajar, fue quien me dio mi mayor aprendizaje y ella aun no lo sabe. Aprendí de cómo ella trabajaba para crecer. 

 

Aun creo que tenemos un largo recorrido en los entornos laborales en cuanto a aceptar la diversidad. Es natural que quieras rodearte de personas similares a ti y continuamente en los procesos de selección veo a managers que piden "mini yos" en sus equipos. Y aun así, sabiendo que todos tenemos mucho que mejorar, creo que es el entorno laboral donde más aprendemos a hacerlo y podemos trasladarlo a nuestra vida personal. Estoy convencida de que nos abre muchas puertas que antes cerrábamos.

 

Trabajar en equipo

Por muchos trabajos que hicieras en la universidad, es difícil comprender qué es trabajo en equipo hasta que llegas a una empresa. Me consta que ahora colegios y universidades educan más en equipos que en la individualidad. Me alegro, porque es una asignatura pendiente cuando te incorporas en una organización. Tu trabajo depende del de muchos otros y en infinidad de ocasiones no tienes ningún tipo de arma más que la influencia para que salga adelante. ¿Cuándo tuviste que aprender esto antes de empezar a trabajar? Es más, ¿cuándo comprendiste aquella famosa frase de que solo llegas más rápido pero en equipo llegas más lejos?

 

Creo que el trabajar en equipo en las empresas nos hace más sociales y comprendemos mejor nuestra función dentro de un conjunto, no como individuales. 

 

Obviamente hay otras formas de obtener estos tres aprendizajes, pero creo que en una empresa se aceleran.


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