Hace un tiempo hacía procesos de coaching gratuitos y me encontraba, en más de una ocasión, con personas que llevaban tiempo buscando trabajo y se veían desesperadas al recibir un rechazo tras otro.
Estas personas, que también me encontraba como seleccionadora en entrevistas, revolvían algo dentro de mí.
Afortunadamente yo no me he encontrado en esta situación buscando trabajo y aun así revolvían algo dentro de mí que tardé tiempo en comprender.
Hubo un tiempo en que enviaba mis novelas a las editoriales con una enorme ilusión, ansiando un sí que me tenía soñando noche tras noche. Los rechazos tardaban en llegar, pero llegaban siempre. Uno tras otro llegaban. Lo peor de ser rechazado no es el hecho de no conseguir lo que quieres o necesitas. Lo peor es dudar de ti mismo. Lo peor es tirar la toalla. Lo peor es creer que te estás equivocando, que no conseguirás tus sueños o necesidades. Lo peor es olvidarte de quién eres. Y de quién puedes llegar a ser.
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Cuando ya había tirado por completo la toalla, leí que la nueva editorial digital de Grupo Planeta buscaba autores nóveles. Solo había que enviar la novela por correo electrónico. No hacía falta imprimirla, encuadernarla y llevarla a correos como tantas veces había hecho ya para nada. Suelo decir que si no hubiera sido tan fácil como enviar un correo electrónico jamás lo habría hecho. Y entonces, no habría publicado La Extranjera y probablemente no habría sentido ánimos para escribir El guardián de recuerdos y lograr que se publicara.
Son mis pequeños, muy pequeños éxitos, con los que hoy siento que he cumplido uno de mis grandes sueños. A punto estuve de tirarlo por la borda.
Suena mágico, pero en uno de esos procesos de coaching que comentaba al inicio, una de las personas pasó de ser rechazado en todas las posiciones a verse en la tesitura de elegir entre dos trabajos distintos.
Lo peor de ser rechazado no es el hecho de no conseguir lo que quieres o necesitas sino dudar de ti mismo.
Una vez finalizada una de las sesiones de coaching, quitándome el "gorro" de coach y poniéndome el de seleccionadora, le comenté que me había encontrado con personas como él en entrevistas. De alguna u otra forma transmitían falta de confianza en sí mismos y la certeza de que iban a ser rechazados, no pudiendo mostrarse en la entrevista como los verdaderos profesionales que son capaces de comerse el mundo y afrontar los retos que se les pongan por delante. Esto, junto con un trabajo durante todo el proceso, le animó a enfrentar las siguientes entrevistas con otra actitud.
Un candidato que ha pasado por varios rechazos necesita tener su confianza bien restaurada para conseguir un "sí". No es esto una fórmula mágica para que mañana lluevan los trabajos, pero sí es un paso básico para lograrlo.
En otro artículo hablaremos de qué puede estar fallando en el proceso de búsqueda para que no sea fructífero.
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