Lee la introducción de Management Cuántico

Dejaremos que un artículo de Carla Hermann publicado en la revista digital La Tercera en julio de 2019 lleve el trabajo principal de esta introducción: «La Mecánica Cuántica tiene una naturaleza determinista (evolución) y probabilista (medición), y esto es complejo de entender. Tanto es así que grandes científicos de la historia, incluido el mismo Einstein, quien irónicamente fue uno de los padres de esta, se oponían a sus extravagantes consecuencias. Famosa es su frase: «Dios no juega a los dados». Entre muchas otras rarezas, la Mecánica Cuántica también postula que hay un límite en la precisión con la que podemos caracterizar ciertos parámetros (observar la realidad). Esto se conoce como el principio de incertidumbre y básicamente se resume en decir que no podemos tener una certeza absoluta de casi nada. Irónico ¿no?

Ahora bien, por muy contraintuitiva que sea la Mecánica Cuántica, su formulación abrió caminos para múltiples avances tecnológicos como son los transistores, con los que comenzó la revolución digital. Nos ha permitido mejorar la precisión de nuestros relojes haciendo posibles los sistemas de geolocalización (GPS), y es parte del fundamento de la operación de los láseres. Hoy estamos en medio de una segunda revolución cuántica que tiene como objetivo el poder controlar a voluntad las propiedades cuánticas de los sistemas para mejorar a niveles inimaginables las tecnologías actuales.

 

De esta nueva revolución dependen los avances en la computación cuántica, los cuales prometen resolver en minutos problemas que a un computador actual le tardarían años, o los avances en metrología cuántica de alta precisión, que buscan alcanzar resoluciones por debajo del límite cuántico estándar. Pero esto no es ciencia ficción, pues ya estamos viendo sus primeros frutos.

Y todo esto fue posible gracias a que ciertas personas se cuestionaron su percepción de la realidad, cuestionaron lo evidente, al igual como sucede hoy en la sociedad: ¿qué pasa si esto que pensamos es sólo una cara de una moneda o de un dado? ¿Cuántas caras más tiene nuestra realidad, tan válidas y reales como la que vemos? ¿Qué pasa si lo que entendemos por realidad no es completo? ¿Existen más opciones de las que entiendo? Bienvenidos a la revolución».

Ojalá los gestores de personas y de las organizaciones en las que las personas colaboran, acepten que la realidad humana es mucho más compleja y retadora, mucho más abierta a opciones desconocidas y fascinantes si simplemente aceptamos que hay un modo diferente de entender la actividad diaria de una persona en una empresa o en cualquier institución de propósito colectivo.

Algunos avances científicos y tecnológicos han sido logrados –y muchos más están en vías de ser parte importante de nuestras vidas– gracias a una revolución que ya era una realidad invisible a nuestros ojos. Que esta revolución se abra paso en el modo de dirigir los cerebros y los corazones de nuestras partículas humanas fundamentales –«los quienes»– depende de nuestra inteligencia a la hora de abrazar decididamente lo que constituye la esencia de nuestro progreso: «Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos», en frase de José Ortega y Gasset.

Los autores os proporcionamos algunas pistas para pensar en grande, descubriendo lo más pequeño. Vale la pena cuestionar lo «evidente».

Diez de los doce textos que tratan específicamente aspectos de lo que llamamos «Management Cuántico» fueron publicados como artículos en el periódico digital «RRHH Digital» en una serie denominada «Los Recursos Humanos Cuánticos».

Los firmantes del libro agradecemos a este medio principal en la comunicación profesional de los profesionales de gestión de personas en España las facilidades para disponer de estos textos. Ambos hemos sido premiados en el premio literario que promueve esta publicación y compartimos su dinamismo y sus ganas de promover la comunicación y la excelencia profesional.

 

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